La familia

La familia: ese espacio privilegiado donde se entretejen los vínculos afectivos y las relaciones humanas. Es el laboratorio sin igual donde aprendemos sobre el amor, a pertenecer a un grupo, a dar y recibir expresiones afectivas y a construir lealtades abiertas y ocultas hacia esos seres queridos significativos que marcan nuestras vidas. Bertg Hellinger, experto en terapia familiar y creador de las constelaciones familiares, llama estas características “los órdenes del amor”.

Es la familia la base de nuestra cultura, la célula que estructura la sociedad humana. Es en ella donde aprendemos valores y conductas, patrones culturales acerca de la manera de comportarnos en la sociedad, lo que se espera de cada uno de nosotros, en cuanto a los roles de género, de la manera de ser hombre…de ser mujer…La familia es por excelencia el espacio donde aprendemos a hacernos humanos.

La pareja humana, ha sido considerada la base la familia. Según Lauro Torrez el ciclo vital de la familia empieza cuando dos seres se encuentran, se conectan, surge en ellos la magia de la conexión, hay una atracción, un interés, una fuerza, un imán que los une y es ahí donde nace una nueva familia. Se desprenden de su grupo familiar, para construir su propio nido y tener el calor del hogar, construir su vínculo, vivir en pareja la intimidad, la pasión erótica y la cercanía emocional y afectiva. En muchas ocasiones buscan sus hijos, ellos crecen, son jóvenes, luego adultos, se enamoran y continúan el ciclo de formar su propia familia, la pareja entra en la madurez y vive lo que se ha llamado el nido vacío (cuando sus hijos se van), y experimentar, así, la última etapa de la familia, el re-encuentro, que coincide con su vejez.

Cuando una persona se desprende de su hogar y forma su propia familia, en muchas ocasiones busca tener sus hijos/hijas. En un porcentaje muy alto esto se logra sin contratiempos y ese/esa bebé llega para nutrir sus vidas de grandes, emocionantes y exigentes experiencias. Realmente la maternidad y paternidad es fuente de grandes retos en la existencia humana. Para algunas, la llegada tan anhelada no es fácil. Dos de cada diez parejas encontrará dificultades para la concepción por factores orgánicos, biológicos y otras por pertenecer a grupos de parejas no tradicionales. Estas parejas necesitarán, entonces, ayuda médica para alcanzar su meta, la fertilidad y hacer realidad su sueño.

Es cierto que las parejas actuales no sienten la presión social y cultural de ser padre/madre que tuvieron las generaciones anteriores para las que era un imperativo biológico y cultural. Las generaciones actuales se toman su tiempo en dar este paso, reflexionarlo y vivirlo con más compromiso y responsabilidad.

Algunos pueden decir “yo no me veo en el rol de mamá o de papá” ,“esa imagen nunca ha estado en mi cabeza”. Para otros quizás es lo contrario: no pueden visualizar su vida sin ser padre o ser madre, tiene un sentido existencial. Afortunadamente, en este momento hay apertura y posibilidades para todas las opciones planteadas y damos apoyo a estos seres humanos para que encuentren su realización de la manera personal y única en la que concibe su vida: como hombre, como mujer, como pareja y ser o no padres/madres, respetando su identidad sobre la vida, ser persona y ser familia.